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3.6.- CONSERVACIÓN DE LA CALZADA


El estado de conservación de esta vía en la Rioja es francamente heterogéneo. Encontraremos tramos que ya no existen frente a otros extraordinariamente bien conservados, así como una buena longitud de calzada ocupada por carreteras actuales o seriamente transformada ya en caminos rurales modernos.

Aún en la región Navarra, entre Cascante y Alfaro, la calzada se conserva aceptablemente bien. Sin embargo, en el tránsito entre la provincia de Navarra y la de Logroño, la vía prácticamente desaparece.

A excepción de un tramo de poco más de un kilómetro al sur de Alfaro, que se conserva como camino agrícola muy mermado en su ancho, puede decirse que en el término municipal de Alfaro no se conserva el camino. La carretera N-232, el ferrocarril y las transformaciones agrícolas lo han destruido casi por completo.

Existen luego algunos trozos de trazado original que suman unos cuatro kilómetros en torno a Rincón de Soto, pero no exentos de transformación en su infraestructura.

En el término de Calahorra, sólo a partir del paso superior de la carretera de Murillo sobre el ferrocarril, la calzada se conserva bien en una gran longitud gracias a su utilidad como camino agrícola para la zona.

Aquí, y hasta el límite provincial con Navarra, se hallan unos de los mejores restos de la calzada en la Rioja. Éste es sin duda uno de los lugares donde deben centrase los esfuerzos de conservación del camino como vestigio arqueológico.

En el breve paso de la calzada por la provincia de Navarra, entre los términos municipales de Calahorra y Ausejo, este camino parece haber sido presa del infortunio. El Canal de Lodosa y el ferrocarril Castejón-Bilbao han dividido, seccionado y aterrado casi la totalidad de la vía, y donde no ha sido afectada por estas infraestructuras, el trazado de la autopista A-68 y la roturación han acabado con los restos del camino en esta zona de Navarra.

Tras el cruce con la carretera LR-123 a Lodosa y coincidiendo con la mojonera de Ausejo, la vía se conserva prácticamente entera a excepción de dos intercepciones de su trazado por parte de la autopista A-68. En la segunda de estas afecciones, en el lugar de los Rincones, el desmonte provocado por la autopista ha destruido una longitud importante y a partir de aquí ha sido ocupada por la carretera de Alcanadre.

Se conservan dos tramos en el lugar de los Balsones, en el término de Alcanadre, uno a cada lado de la autopista, ambos de un kilómetro.

Junto a la carretera N-232 entre los lugares de la Horquilla y la Chamarita, la calzada está destruida ampliamente tanto por la propia erosión como por recientes tendidos de líneas telefónicas, enterradas en la plataforma junto a la carretera donde se encontraban los vestigios de la vía.

Hasta pasado el Aeródromo del Recajo no vuelven a verse restos de la calzada, ya que en su mayor parte coincide con la actual carretera.

Desde aquí hasta el punto kilométrico 403 de la carretera CN-232, el Camino Viejo de Calahorra aún existe con conservación muy desigual y tramos muy transformados.

En torno a Varea los tres ramales, dos de acceso y uno de atajo, se conservan aunque en regular estado, en parte asfaltados como calles y transformados en general.

La Calleja Vieja, en el término municipal de Logroño, se conserva toda ella, pero en mal estado. Está asfaltada e integrada en un entorno urbano bastante anárquico en esta parte de la capital. Se encuentra afectada por recientes obras en el barrio de la Estrella, por la construcción y urbanización desordenada en la zona de la huerta del Iregua y finalmente interceptada varias veces por la carretera N-111, por el acceso a la autopista A-68 y por la variante de Lardero.

Entre el Monte de la Pila y Navarrete, la autopista ocupa el corredor de la calzada y la intercepta cuatro veces. Se conservan cuatro trozos de enrevesada conexión entre sí.

Sin embargo aquí se encuentran vestigios muy interesantes que justificarían una esmerada conservación de estos trozos.

Entre Navarrete y Ventosa, la carretera N-120 ha ocupado de nuevo la calzada y es en el término de esta última localidad donde vuelven a aparecer restos del camino, mal conservados y semiocultos por la vegetación en el alto de San Antón, coincidiendo con el Camino de Santiago.

En Alesón y Tricio se hallan los restos probablemente mejor conservados y dignos de cuidado de todo el tramo riojano. Digno de mención es todo el tramo de camino que se conserva al margen de la carretera nacional, al sur de esta, donde el firme está seccionado lateralmente y se puede observar muy bien.

Igualmente, los terraplenes antes y después del río Yalde se encuentran con escasísima transformación y deberían ser conservados en ese estado. Los dos ramales y el tramo de atajo de Tricio tampoco tienen transformaciones dignas de consideración y algunos tramos presentan un aspecto casi original. El camino, a excepción de la interrupción del río Yalde, conserva su continuidad hasta Nájera al igual que su recorrido de entrada y salida a Tricio.

En Nájera, como es lógico, la vía no se conserva o en todo caso forma parte de las calles pavimentadas. Lo mismo ocurre luego en la carretera N-120 y en la de acceso a Hormilla.

Entre Hormilla y el término de Azofra, el camino está sin transformar pero muy deteriorado. Afortunadamente conserva una tajea original en este tramo gracias a no haber sido objeto de mejora por parte de las labores de concentración parcelaria, como ha ocurrido ya en el término municipal de Azofra. Aquí, aunque sigue conservando fielmente el trazado original, ha sido transformado en 1997 con reperfilado completo y aporte de material para la mejora del firme.

En la jurisdicción de Bañares en Valpierre la conservación de la vía es muy buena y exenta de transformaciones. El terraplén es muy evidente durante un kilómetro y el tramo representa un ilustrativo ejemplo de cómo un camino bien construido puede mantenerse en uso continuado durante veinte siglos sin arreglos.

En la jurisdicción de San Torcuato el camino se ha reparado en su totalidad, primero con un añadido de una fina capa de zahorra y al occidente del pueblo donde se mantenía sin transformaciones hasta 1998, se ha asfaltado recientemente. Sin embargo las márgenes no han tenido daño alguno y el acusado terraplén no ha sufrido perjuicios notorios, por lo que la vía no ha perdido sus características y aún se aprecian bien su origen y antigüedad.

En Bañares y Villalobar, a ambos lados de la carretera de Castañares, la calzada conserva sus acusados terraplenes intactos y sin transformación durante varios kilómetros. Sin duda esta es otra de las zonas en donde merece la pena velar por el destino del camino romano.

Al oeste del río Oja y hasta el río Reláchigo, la vía ha desaparecido en varias partes y está muy transformada en donde se conserva.

También al oeste del río Reláchigo ha desaparecido un tramo, pero se conserva en la jurisdicción de Leiva en más de dos kilómetros y en buena parte con poca transformación.

Se conserva en su recorrido junto a la Ermita de Nuestra Señora de la Peregrina y casi hasta su antiguo entronque con la carretera de Tormantos; luego sólo se conserva el lindero.

Entre el pueblo de Tormantos y el río Encemero se conserva transformada, pero en su trazado original.


3.7.- SONDEOS PROPUESTOS


Los sondeos que se proponen vienen determinados por la posibilidad de encontrar restos del camino en ellos.

Los procesos erosivos y deposicionales sufridos por su situación y recorrido en función de la orografía, así como el uso que a lo largo de la historia ha tenido el camino, son las causas determinantes del grado de conservación de la infraestructura.

En ciertos tipos de terrenos con zonas de fuerte pendiente y trazados en acusada media ladera, el camino sufre procesos erosivos que suelen eliminar la mayor parte del material del afirmado. Por el contrario, en las zonas en trinchera el camino se colmata con el material de los taludes y queda enterrado, así como en zonas de media ladera que se cultivan, donde se desplaza el terreno de la zona alta. También en ocasiones se desplaza el camino ladera abajo en el intento de recuperar el ancho perdido ladera arriba.

Los caminos que han sufrido múltiples reparaciones debido a su uso continuado, difícilmente conservan la estructura del afirmado original a la vista, por lo que su determinación como romano a priori se complica.

En definitiva, en los sondeos que se proponen se tienen en cuenta este tipo de factores de forma que se intenta asegurar el éxito del resultado. Como estos sondeos tienen como misión evidenciar y confirmar que el camino dispone de infraestructura, se escogerán los tramos que menos clara tienen esta característica y a ser posible donde el firme esté enterrado y por tanto oculto, a la vez que bien conservado.

Por otra parte, la determinación definitiva de la vía mediante sondeos contribuye a revalorizarla y a su conservación. La mayoría de las agresiones a los caminos romanos vienen causadas por la ignorancia del agresor sobre el valor o la importancia del camino.


Sondeos propuestos:

- Determinación del espesor del firme en el único trozo de camino que sobrevive en Alfaro, en el lugar del Regazuelo.

- En el Camino Real de Cavizgordo para determinar el ancho y espesor exacto de la vía en esta zona.

- En la trinchera del Camino Real de Logroño a Alcanadre, en el lugar de la Horquilla, en cuyo fondo debe conservarse el firme, ahora muy colmatado.

- En el Camino de Navarrete a Lardero, en el lugar de la Barranca en la jurisdicción de Lardero, y al norte de la autopista, donde el camino parece desplazado hacia abajo, estando el trazado original enterrado por el lindero de la finca superior.

- En la trinchera existente en el punto de términos municipales de Lardero, Logroño y Navarrete, en cuyo fondo debe conservarse el firme muy colmatado.

- En el paso por la jurisdicción de Ventosa, para determinar fehacientemente el paso del camino y la composición del firme en esta zona, muy colmatada en el llano y oculta por la vegetación en el alto de San Antón.

- En la zona de Alesón existen unos buenos terraplenes semiocultos por la hierba a ambos lados del río Yalde que deberían limpiarse.

- En el entorno de Tricio hay varios puntos donde los sondeos arrojarían buenos resultados, así como terraplenes que deberían ser limpiados, incluso de amontonamientos de piedra procedentes de las fincas colindantes, para su mejor conservación.

- El Camino de los Romanos en Hormilla, muy colmatado y deteriorado, arrojaría buena luz sobre la composición y espesor del firme en este tramo.

- Aunque no sea para la determinación de la vía romana, es importante concretar, mediante la prospección especializada y el sondeo, la extensión e importancia del yacimiento de La Calzada en la jurisdicción de Azofra. Por el lugar que ocupa, tiene muchas posibilidades de ser Atiliana.

- Las rampas de acceso al río Reláchigo en su orilla derecha, cubiertas hoy de vegetación, podrían mantener parte de la infraestructura e incluso de los muros de contención.

- La trinchera de acceso al río Reláchigo en su orilla izquierda puede guardar en su fondo restos de la primitiva infraestructura. Hoy en día está muy colmatada y cubierta de vegetación.


3.8.- PROPUESTAS DE ACTUACIÓN


En los tramos en los que la calzada es más evidente y está mejor conservada y en aquellos en los que los sondeos arrojen resultados positivos, debería de protegerse la vía adoptando una serie de medidas tendentes a ello.


3.8.1.- Información a otros organismos

Como medida inicial debe informarse del trazado exacto de los tramos a proteger a otros organismos cuyas actuaciones pueden resultar vitales para la supervivencia de la vía.

Los Ayuntamientos implicados deben recibir la información suficiente que les permita la gestión adecuada del camino e incluso velar por la protección de éste, como Administración físicamente más cercana.

La Consejería de Agricultura, como responsable de futuras parcelaciones, también debe recibir este tipo de información. En futuras concentraciones parcelarias podría establecerse una franja de diez a quince metros a ambos lados del camino, a modo de dominio público, que asegure la protección del camino y permita el establecimiento de un corredor cultural sobre éste.


3.8.2.- Amojonamiento y señalización del camino

La disposición de mojones en el borde del camino es fundamental para preservar la propiedad pública del camino y evitar que los colindantes acaben labrando el camino, destruyéndolo o desplazándolo de su alineación.

La señalización del camino expresamente como "Calzada Romana" es muy útil para su preservación y para el fomento de su uso lúdicro. Esto incrementa a su vez el aprecio y la salvaguarda del camino por terceras personas, en principio ajenas a la responsabilidad de su custodia.


Tramos a amojonar y señalizar:

- Todo el camino entre la carretera de Murillo de Calahorra y el límite de Navarra.

- El Camino Real de Cavizgordo, desde la carretera de Lodosa en el límite con Navarra hasta la carretera de Alcanadre.

- El Camino Real en la jurisdicción de Alcanadre y su continuación por el lugar de la Horquilla hasta la carretera N-232.

- Todo el Camino Viejo de Calahorra entre el Recajo y Varea, incluso los ramales de entrada y salida a esta localidad.

- La Calleja Vieja, por su cercanía a Logroño más que por su conservación o buena transitabilidad.

- El Camino de Navarrete a Lardero.

- El camino en Ventosa.

- Toda la calzada entre el Alto de San Antón y Nájera, que está muy bien conservada, además de los ramales de entrada a Tricio.

- El Camino de los Romanos desde Hormilla hasta San Torcuato y hasta el río Oja en Villalobar.

- Los tramos conservados entre el río Oja y Herramélluri.

- El Camino de los Romanos en la jurisdicción de Leiva.


3.8.3.- Fomento del uso lúdico del camino

La publicación de una guía de la calzada, con los aspectos culturales e históricos más importantes del camino y de las poblaciones por las que discurre, podría ser la mejor medida a tomar para promocionar el aprovechamiento lúdico del camino allí donde existe y se puede transitar.


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